Boltaña, el reino del hielo

Tras un ir y venir del calor al frío, de Frozen a Kuzco, de Invernalia a Dorne... Decidimos visitar un pueblo justo al lado de Aínsa. Boltaña. 
Para mí fue una visita especial, porque me recordó a alguien que, de seguro, nos está cuidando desde esas nubes espesas. Pero no lo recordaba tan bonito.
Es un pueblo pedregoso, con un casco muy de pueblo de los pirineos, con cuesta p'arriba cuesta p'abajo. Se supone que en Boltaña no suele nevar, pero a nosotros nos cayó la de todos los años acumulados. Y fue precioso.




No sabíamos muy bien qué hacer, pues fue una visita algo improvisada por las circunstancias. Pero decidimos subir al mirador-castillo sobre el pueblo. Ese que parece estar cerca pero que cuando vas subiendo te cagas en quien lo construyó allá en lo alto. La verdad es que las vistas merecieron la subida.





También el día acompañaba para unas vistas increíbles. Fue una gozada. Eso sí: nos chipiamos.







Solo nos dio para subir hasta el castillo y volver a bajar, porque de nuevo empezó a nevar con ganas y tuvimos que marcharnos de vuelta al hotel. 

En un principio pensamos que "vaya fastidio haber venido para que esté el tiempo así", pero luego supimos buscarle su encanto y disfrutarlo al máximo. No siempre puedes disfrutar de los paisajes tan blancos, los pinos tan nevados, las carreteras tan bonitas... Los viajes se me hicieron preciosos y peligrosos también (pero me encanta el riesgo, a A. no tanto, pero se ha hecho un machote después de este viaje)
Así que la verdad es que no me arrepiento para nada de haber subido a disfrutar de aquellos días tan blancos, tan navideños, tan de estar juntos, de abrazarnos más de la cuenta para darnos calor. 
Además lo tenemos cerquita, así que creo que volveremos a disfrutar de estos paisajes muy pronto, pero la siguiente vez estará verde y colorido. Lo prometo.

Aquí termina nuestro viaje a Aínsa. 
Ya estamos deseando preparar el siguiente y compartirlo con vosotros.
Y qué bonito es Aragón.

BSTS
N.W.
🌍🌄

Comentarios