Después de la tormenta siempre llega la calma

Tras salir del infierno helado del viajecito a Bielsa decidimos cambiar la ruta y ver otras cosas que no teníamos planeadas. Modo plan B. 

Así que cogimos carretera y nos fuimos de templos. 

Lo que hicimos fue ir el mismo día de Bielsa a Torreciudad (un edificio del Opus Dei), donde brillaba el sol 🌞 y se respiraba paz y tranquilidad. Qué diferencia en tan sólo unos kms.

El edificio es chulísimo y está construido en una zona preciosa, con el embalse del Grado a sus pies, con unas vistas increíbles. La verdad es que me sorprendió para bien. 

Además llegamos allí y no había ni Peter. Estábamos solos, todo para nosotros. Qué gustazo.  

   

Pero bueno, lo mejor será que lo veáis vosotros. 

Ese mismo día comimos allí de bocadillo y por la tarde nos tiramos toda la tarde durmiendo la siesta. Se, muy productivo todo pero en Ainsa el tiempo seguía siendo malo así que no había nada mejor que hacer. ¡A descansar! 

Al día siguiente, y con el tiempo anunciando otra nevada como la del día anterior, de nuevo cambiamos los planes de ir a hacer una andada por cascadas y decidimos ir a visitas otro templo de una religión diferente. 

Lo conocen por el templo de Panillo y creedme, el acceso no es el mejor del mundo jaja. 

Tengo cierta anécdota asquerosa que siempre he pensado que era muy exagerada pero al llegar entendí por qué sucedió aquella vez. 

Cuando era pequeña, fuimos mis padres con los amigos a visitar el templo, recuerdo que nos gustó mucho y que comimos unos bocadillos allí (chorizo, jamón, etc.) En que volvíamos, en nuestro coche íbamos mi hermano, yo y D. V., un amigo nuestro de toda la vida. Tengo la imagen clavada de empezar a ponerse blanco en el camino de vuelta y, por no poder parar porque la carretera no te deja, sacar la cabeza por la ventana y empezar a potar como un descosido por la ventanilla del coche. 😂😂😂🤣

Puto asco nivel Budha. 

Total que en que llegamos a Panillo recordé por qué ocurrió aquella mítica potada. 

#prayforvillis

En cuanto al templo, está muy chulo, es como que no pega para nada ese templo allí. Tan colorido, tan de otro país... Se respira paz pura, osea de la que viene de dentro de verdad. 

Es pequeñito, porque en verdad tiene cuatro costas pero muy chulo. 

Además está corriente espiritual me atrae un montón en cuanto a que me parece curiosa. Y todo el tema del karma se corresponde bastante a mi forma de pensar en la vida. Así que me gustó mucho visitarlo. 

Este mismo día fuimos a visitar Boltaña, pero eso ya os lo cuento en el siguiente post porque tengo mil doscientas fotos de allí y si no esto se me alarga demasiado. 

 

Espero que os haya gustado. 

BSTS

N. ✈️